El trío de Nantes creador del estilo pungle, abreviatura de la fusión entre el punk y el jungle, vuelve a la carga con su enérgica propuesta.

La Phaze presenta su quinta referencia discográfica “Psalms and Revolution” (2011, Because Music) consolidando su apuesta iniciada en 1999, con la que han creado un sello de identidad propio, al que añaden matices conforme acumulan discos y experiencias en los escenarios.

En este nuevo lanzamiento, dejan claras sus intenciones y su continua frescura a la hora de crear, mantienen sus raíces jungle y sus poderosos ritmos de baile, característicos en toda su trayectoria, redondeándolas y reforzándolas con un sonido cercano al indie surfer rock y un amplio conjunto de tratamientos electrónicos de lo más ecléctico. Una producción esférica y amena, donde los estribillos pegadizos juegan un papel decisorio en el disco, para engancharte una y otra vez a su escucha. Las letras, mayoritariamente en inglés, lo que les va ayudar a consolidar su extraordinaria proyección internacional, siguen con un gran espíritu de compromiso social y de creencias, como dejan claro desde el título del álbum, “salmos y revolución”. Alegría y oscuridad en un mundo tan confuso, lo bueno es que saben decir las cosas cuando el momento lo requiere.

Damny Baluteau (voces, teclados y programaciones), Arnaud Fournier (guitarras, bajo y programaciones) y Guillaume Rousé (batería) abren su nuevo disco con “Dedicated Life”, en la que desborda una energía que se mantiene a lo largo de los diez temas que lo componen. Una vuelta de tuerca que acelera nuestros sentidos se produce en uno de sus singles, “The Battle”, tema en el que predomina el drum and bass y el ragga, donde cuentan con la colaboración del miembro de los alemanes Puppetmastaz, Mc Zhi, trepidante. Además, reseñar que el disco cuenta con la colaboración en varios tracks del bajista del veterano grupo de punk francés Parabellum, Stéphane Zéna.
Una de ellas es la canción que da título al disco, “Psalms and Revolution”, un animado electropunkrock super groovie y pegadizo que apunta a masas, al que sigue “Magnetism”, otra poderosa muestra del buen hacer de estos franceses. Para un servidor, una de las canciones más interesante es “Control Panel”, tema de cadencia reggae con bases electrónicas de “tobogán” y vaivenes sinérgicos de aires western, que se convierte en una de las mejores que han grabado. Y tras “Searching for you”, entramos en una parte donde predomina el rock, con riffs guitarreros muy surferos, teclados vacilones y estribillos que funcionan como himnos, eso si, sin bajar el ritmo un ápice ni la presencia de su flow característico. Así transcurren “Secure World” o “Temps of Chien” donde la particular y canallesca voz de Damny, se desarrolla en todo su esplendor cantando en francés. Retornando al ritmo drum and bass, nos dejan la animada “Saints” en la que vuelven a destacar los juegos vocales y finalizan a todo trapo este espléndido disco, probablemente el mejor que realizaron hasta la fecha, con “No Place for Us”.

En definitiva, un disco altamente recomendable de este grupo de culto, que poco a poco se está dando a conocer al gran público, gracias a su impresionantes directos.

Crítica de Eduargo G. Magaña